martes, 19 de febrero de 2013



Las cosas que ya nos son corrientes por la repetida utilización o vista, cuando se encuentran en un contexto completamente distinto, pueden llegar a tomar un sentido poético. Se transforman muchas veces en objetos maravillosos, con un efecto sorpresa que jamás hubiéramos imaginado.
Los mapas, por ejemplo, son gráficos muy complejos y llenos de información, que también pueden verse como una serie de delineados y sombreados que forman figuras particulares.
O veamos a los elementos de la naturaleza, como ramas de árboles o simples rocas. Si las miramos con atención o si las cambiamos de situación, nos encontraremos con infinidad de posibilidades visuales.